Diversas denominaciones populares identifican a una de las aeronaves más interesante y celosamente resguardada de la Fuerza aérea chilena. "Payaso", "Narigón" o simplemente "El Feo" son algunas de ellas. La razón fundamental está a la vista, su prominente radomo de proa, que alberga uno de los tres radares del tipo "phase array" o antenas de barrido, que proporcionan una cobertura de 270°
FACH 904, "CÓNDOR", 19 de Septiembre de 2012,
Aeropuerto "COMODORO ARTURO MERINO BENÍTEZ"
Si bien el proyecto comenzó a principio de los años 90, solo en 1993 se le vio públicamente en el Salón Aeronáutico de Le Bourget, Francia. La presentación y exposición de sus cualidades, entregadas por la IAI de Israel, produjo una serie de reclamos de las autoridades aeronáuticas chilenas, debido a la misión que cumpliría, sumando a ello que su adquisición se hacía en críticos momentos de la economía mundial y que por supuesto, afectaba a Chile.
Oficialmente fue entregado a la Fuerza Aérea de Chile en 1995, encuadrándose en la dotación del Grupo de Aviación N° 10, toda vez que la plataforma era un Boeing 707 300 (FACH 904) y las tripulaciones de vuelo de transporte pesado, son entrenadas en esa Unidad.
En cuanto a los operadores de sus equipos de reconocimiento e inteligencia electrónica, estos fueron cuidadosamente seleccionados y entrenados específicamente en Israel, asegurando el óptimo empleo en las esenciales misiones de guerra electrónica y alerta temprana, así como seguimiento de blancos móviles de alta velocidad.
De alto costo operativo, sumado a la antigüedad de la célula, lo posicionan cada cierto tiempo en el centro de la discusión presupuestaria; no obstante, se trata de una aeronave de características únicas en la América llamada "latina".
De hecho solo Estados Unidos cuenta con aeronaves de características y prestaciones similares, aunque en franca retirada y prontamente serán reemplazadas por otras más modernas, basadas en el Boeing 737 ( bastante más económico de operar y ampliamente utilizado en diversas configuraciones civiles y militares)
Por su parte en América del Sur, la Fuerza Aérea Argentina fue la primera en contar con un avión de misión homóloga, también basada en un Boeing 707 (actualmente retirado) cuyas funciones han sido asignadas a aeronaves menores.
En Chile, a principio de los 80 se concretó el primer sistema de guerra electrónica aerotransportada, basada en Becchcraft 99A. Primero conocidos como "Skua" y "Petrel", para luego ser definidos como "Petrel Alfa" y "Petrel Beta" destinados al Grupo de Aviación N° 2.
En síntesis, el "Cóndor" tiene la misión de proveer alerta temprana, barrido de comunicaciones y contramedidas electrónicas de cobertura a las operaciones amigas. El alcance estimado de sus radares es de 350 a 400 kilómetros, a una velocidad promedio de 600 km/h y un techo operativo de 20.000 pies. Su protección y defensa esta asignada a los cazas de las áreas donde opere. Se estima que cada misión se extiende por cuatro horas, siendo el máximo de 12 horas.
Contrario sensu a su alto costo operacional, es un sistema de primera línea y que permite la anticipación y proyección de un eventual ataque, disminuyendo el riesgo (y sus costos asociados) de mantener unidades de caza o intercepción en patrulla constante, asegurando una aplicación certera de éstas en caso de un conflicto.
El mantenimiento, tanto de la aeronave, como de sus sistemas, se desarrolla en Chile, por especialistas nacionales y de la IAI.
Un segundo ejemplar ha sido promocionado por Israel, para su venta al extranjero, sin éxito debido a su alto valor, por lo que es empleado para su propio beneficio.
El EB 707 forma parte del sistema de disuasión de la aviación de combate, toda vez que su misión alerta con mucha anticipación cualquier acción ofensiva en desarrollo de un eventual enemigo; pudiendo controlar desde el espacio aéreo nacional, inclusive, el despegue de aeronaves de combate y neutralizar sus propias emisiones de contramedidas electrónicas. Adicionalmente entrega la información a distintas unidades, tanto aéreas como terrestres, en tiempo real y en forma simultánea, pudiendo mantener efectivamente un sistema de mando y control en el aire.
Su eventual reemplazo es materia de estudio constante, aunque con pocas alternativas concretas en el horizonte cercano, principalmente por la nebulosa del sistema de financiamiento de renovación de medios para las Fuerzas Armadas chilenas, amén de la actual e incierta situación económica nacional.
por Sergio Pulgar
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