domingo, 29 de enero de 2017

INCENDIOS: Buscando soluciones



por Sergio Pulgar


Expuesta la situación, lo importante es buscar una solución general y considerar que esta catástrofe no será sino la primera, considerando al menos dos factores:

Primero, existe una indolencia generalizada a todo nivel acerca de la responsabilidad sobre el cuidado y alerta temprana de eventos como el que Chile está padeciendo. La reacción visceral o emocional no son válidos para visualizar una solución.

Segundo, NO se puede seguir improvisando acerca de la seguridad medioambiental, toda vez que se gasta excesivamente en reuniones, viajes y asesorías que, a la postre no son siquiera incidente en la solución global del problema.

A lo anterior se debe asumir que seguir en una actitud gubernamental que bien la calificaba un entrevistado de “tacañería”  al momento de destinar fondos para implementar un adecuado primer frente en caso de siniestros de mediana y gran magnitud. Si bien los incendios se apagan con cortafuegos y ello implica palas y sierras, como mínimo; necesitamos dotar a nuestros bomberos, forestales y urbanos de los medios de seguridad esencial para que operen con una cobertura aceptable de seguridad.

El factor aéreo

Quedó claramente demostrado que es relevante y que las dimensiones de las aeronaves versus la topografía del terreno era una premisa errada o mal evaluada.

El parque aeronáutico especializado en los países desarrollados de distintos continentes es más amplio del que se quiere reconocer, por lo tanto hay una primera solución: establecer un sistema de información activa y eficiente con los diversos oferentes en el ataque a los incendios forestales de mediana y gran magnitud. Asumamos claramente que dejaron de ser una amenaza específica a los bosques y aserraderos, para convertirse en amenazas reales para quienes habitan en sus alrededores.
Ese parque es rotativo, es decir mientras operan en áreas de riesgo en el verano europeo, Chile está en invierno, lo mismo para los estadounidenses o canadienses. Por lo tanto, al comenzar las temporadas de riesgo, estarán disponibles.

El cambio climático y el aumento de las temporadas de alta temperatura y por lo tanto, de riesgo inminente de incendios, harán que su extensión sea cada vez más amplia, pero con una buena planificación se podrán acceder a los servicios de las compañías aéreas especializadas, a precios convenientes, sin someterse a los costos que imponen una emergencia. Lamentablemente el sistema de mercado no considera para nada el factor humano o medioambiental.
Es de absoluta relevancia conocer los medios aéreos que se ofrecen, además de que sean compañías dedicadas, lo que en la práctica cuentan con las tripulaciones y profesionales técnicos, tanto para operar y mantener las aeronaves, como para prepararlas en su cometido: apoyar a los bomberos forestales con agua en grandes cantidades desde el aire.
No sirve un avión que no tenga tripulación que lo opere con certeza, ni sea mantenido en condiciones más que óptimas para su misión.
Por lo tanto se requiere nuevamente de estudiar el mercado de oferta de esos medios aéreos, en lo nacional e internacional. Lo más importante es que no sean empresas subsidiadas por el Estado, ya que se entra en un área de difícil manejo, ya que es conocido que esas empresas siempre tendrán déficit, real o artificial, considerando que el contratante (el Estado), en virtud de mantener operativo el sistema, accederá a cubrir esas falencias, sin mucha consideración, asumiendo el trabajo que deben desempeñar. Menos si se trata de un hecho consumado y las decisiones son tardías.
Un elemento importante es el aporte de las aeronaves de reconocimiento, de las cuales Chile posee y de alto grado de modernidad. Ellas deben ser las primeras en ser activadas y entregar una visión real de la magnitud del siniestro en desarrollo.

Líneas de combate

Mínimo deben considerarse dos líneas de combate, una en la inmediatez del siniestro, lo que puede enfrentarse con medios autónomos y locales, como había sido hasta antes de la catástrofe en curso. Para ello se hace necesario tener y mantener operativa al 100% una flota dependiente y coordinada con el ente responsable de afrontar el primer ataque. En esta primera línea se pueden considerar las aeronaves militares, con sistemas existentes de rápido montaje, que las convertirían en un gran apoyo inmediato. Las tripulaciones militares están capacitadas extensamente para ello. El resto es solo entrenamiento adicional que, dada la capacidad profesional de sus integrantes requiere poco tiempo.
Una segunda línea de ataque es la que se está conociendo actualmente, constituida por las empresas y gobiernos que cuentan con medios aéreos de mayor capacidad. Contratos y Convenios preventivos deberán estar vigentes al menos un mes antes de cada temporada crítica.

Presupuestos

Está claro que los presupuestos siempre son estrechos, pero en este caso específico, se debe tener una visión clara de que un incendio que sobrepasa a los entes dedicados a su combate, es una clara amenaza a la ciudadanía, por lo tanto a Chile y sus medios de subsistencia.
Acá es más que relevante que quienes participen del debate en la asignación de recursos, sean quienes saben de las necesidades en terreno, o sea agentes OPERATIVOS y no asesores académicamente calificados, pero que en la práctica se convierten en obstáculos, sin soluciones ni ideas prácticas. A mayor claridad, Brigadistas Forestales, Bomberos, Médicos e Ingenieros. Caso contrario, solo se caerá en una discusión estéril con soluciones grandilocuentes en el papel, pero lejos de la realidad operativa.
Existe una enorme cantidad de recursos que se dedican a mantener entidades de nulo aporte al país, por lo que esos fondos deberían destinarse a apoyar esta nueva amenaza que no tendrá un final cuando se logre extinguir el incendio actual.

Integración de la ciudadanía

Es muy importante que el ciudadano de a pié, sepa como responder a este tipo de catástrofes, del mismo modo que ya se está haciendo en caso de sismos de gran magnitud.
Así como sabemos nuestro factor RH, en caso de accidentes, necesitamos saber y conocer a quienes tienen distintas capacidades para integrarse efectivamente al voluntariado temporal, cuando ocurra este tipo de siniestros. En lo específico del empleo de las aeronaves, existe una gran cantidad de reserva aérea que está plenamente vigente para apoyar a quienes están en servicio activo. La experiencia es más que relevante en estos casos. Disminuirían enormemente la carga de trabajo del sistema operativo.
El ciudadano común y corriente no solo debe ser el depositario de la beneficencia para las víctimas, sino que debe ser proactivo al momento de activarse la emergencia.
Es loable que muchas entidades de distinto origen se organicen espontáneamente para ir en ayuda de los afectados, pero adolecen del celo de sus marcos operacionales, lo cual no les permite establecer un sistema ágil y complementario.
La mayor ayuda es la integración del ciudadano común, debidamente catastrado, el cual en el momento de ser requerido sepa claramente qué y cómo hacer su aporte. Es más fácil de lo que se cree, ya que cada cuál sabe lo que puede o no hacer. Es cuestión de preguntarle, por ejemplo en un Censo.

Conclusiones preliminares

Las entidades de Gobierno deben ser más ágiles y verificar seriamente sus sistemas de alerta y acción.
El factor aéreo es imprescindible, ya sea para tener una visión real en el menor tiempo posible, como para desarrollar un primer ataque desde el aire, si es necesario.
Se deben revisar los presupuestos asignados y generar los sistemas que los entreguen con seguridad y presteza.
Se necesita mirar hacia adelante en el ámbito de la seguridad de los profesionales que tienen la responsabilidad del ataque frontal.
Las instituciones deben tener la capacidad de operar en conjunto, e ir coordinando escalonadamente su participación, a medida que se vaya necesitando su accionar.

Chile es de los chilenos y de todos quienes elijan avecindarse en nuestro país, por lo tanto todos tenemos la responsabilidad de ser proactivos ante cualquier amenaza. Los gobiernos son entes que están al servicio de los ciudadanos, son meros agentes comisionados por la ciudadanía para que ejerzan la administración del país.
Todos tenemos el Derecho y el Deber de participar y aportar positivamente en cualquier evento que, como el actual nos afecta a todos.




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