martes, 26 de marzo de 2013

¿TIGRES por HALCONES ?


TIGRE III, rumbo a Uruguay para desfilar en el Centenario de la FAU

por Sergio Pulgar ©

A mediados de los 80 y ante la necesidad de reforzar al sistema defensivo aéreo, la Fuerza Aérea chilena planteó la posibilidad de vender los F-5E/F "Tiger II", con la idea de adquirir más Mirage 50 o similares; seriamente se consideró el SEPECAT "Jaguar" International.

El ambiente hostíl al sistema de gobierno chileno, había generado un aire de "toma de conciencia" (mas bien "cargo de conciencia") estadounidense y su "hijo rebelde", Edward Kennedy (R.I.P.), había logrado imponer su tristemente famosa "Enmienda".

Los demás países furiosamente demócratas, se habían plegado al castigo, pero hacían salvedades; por ejemplo Argentina era gobernada por militares y Sí recibía asistencia y apoyo estadounidense y de varios países europeos, además de Israel, su inefable aliado de siempre.
En honor a la verdad, los israelíes también "dejaban pasar" algo hacia Chile, aunque eran literalmente "sobras", consistentes en casi obsoletos misiles aire aire y una buena cantidad de armamento liviano.

Fueron los propios estadounidenses, más bien la USAF, quien solidarizó con su par chilena, dentro de los estrecho marcos legales, y logró que se abortara la venta de los Tiger II; apoyando su recuperación a niveles aceptables de operatividad.

A partir de entonces y gracias a la certera conducción de Fernando Matthei A., la Fuerza Aérea chilena, comienza a desarrollar diversos proyectos, tendientes a lograr cierta autonomía de los mercados internacionales de armamento.
De esos proyectos, los más exitosos y que perduraron en el tiempo fueron los PANTERA y el TIGRE III.

Ambos desarrollos se lograron gracias a la apertura de la industria israelí, en una pragmática actitud y reconociendo la disciplina de seguridad de los chilenos, en función de no revelar la tecnología de punta (por entonces) que se estaba transfiriendo.

TIGRE III

Los F-5E/F fueron sometidos a un completo recorrido estructural, mientras se habilitaban sus cabinas, para incorporar sistemas de control de vuelo y combate de alta tecnología, aplicada a la flota israelí de la época y de aun plena vigencia.
En círculos especializados todavía se sostiene que los radares que portaban los PANTERA y TIGRE III son de superiores prestaciones a los de los F-16C/D chilenos.

Precisamente la entrada en escena de los F-16C/D y luego los MLU, puso en jaque a los mandos políticos chilenos (ya vuelto a la democracia), en función de cuestionar y presionar a los mandos militares para reducir las flotas de combate efectivas; a saber Grupo Nº 7 (TIGRE III), Grupo Nº 4 (PANTERA) y Grupo Nº 8 (ELKAN).

Con la anuencia de Estados Unidos y la hábil gestión de Ricardo Lagos (presidente chileno), se logra conseguir la apertura del mercado de aviones de combate de alta performance, como la Lockheed Martin y la SAAB; AMD (EADS) siempre había sido una leal y práctica aliada de Chile (en los peores momentos para Chile, accedió a vender los Miarge 50).

Debe dejarse en claro que no fue tanta la benevolencia norteamericana, como la necesidad de conseguir fondos "frescos", como los que tenía esa economía exitosa como la chilena, generada precisamente en su "dictadura", donde se sientan las bases del desarrollo macroeconómico chileno.

Así, se logra la adquisición de los 10 F-16C/D, block 50/52, uno de los más potentes vectores de combate y ataque del mundo occidental. De enorme poder de fuego, capacidad multimisión autónoma y tecnología de punta.

Posteriormente sobreviene la oferta holandesa y se aumenta la flota, complementando con 28 F-16A/B, MLU, de la línea de fabricación europea.

La primera adquisición significó la baja de los PANTERA y la segunda la de los ELKAN.

A fines de 2010, la Fuerza Aérea chilena formaba con tres Grupos de Combate de alta capacidad; Nº 3, Nº 7 y Nº 8, todos con F-16 y un multipropósito Grupo Nº 12 con los TIGRE III, trasladados desde el Grupo 7.

Esa capacidad es la que le permite a Chile, mantener una posición relevante en el contexto sudamericano, toda vez que combina un sistema de gobierno político maduro con una fuerzas armadas de alto nivel tecnológico y óptima capacidad de fuego.

¿ Venta de los TIGRE III ?

Sería la segunda vez que seriamente se conoce de la posibilidad de vender los TIGRE III, suponiendo que haya un acuerdo con la industria israelí, respecto a la cesión de tecnología a un tercero.

Como aeronaves, están estructuralmente en buen estado, bien mantenidas, aunque ello no logre ocultar su "avejentamiento"; pero sin olvidar que parte de la conversión fue el cambio de las vigas alares, uno de los puntos críticos del modelo.
En resumen, si, están en buenas condiciones para su uso, suponiendo que ese "tercero" necesite un vector de media capacidad, respecto del parque de combate de sus eventuales enemigos o de equivalencia ante su vecindario.

La aeronave que data de 1975, ha tenido en manos chilenas una destacada trayectoria, con solo una pérdida fatal, una accidental y las propias del uso de este tipo de aviones.
Por otro lado debe considerarse que las horas de vuelo - lo más relevante en un avión -, junto a los ciclos de aterrizaje, son menores que las desarrolladas en fuerzas aéreas de primera línea, como las europeas o estadounidenses.
Así se está en presencia de una buena oferta; asumiendo que el costo de 80 millones de dólares sea el tope de negociación.

Interesados hay definitivamente, primero fue Brasil, para reforzar sus flota de F-5s, Argentina dejó ver en su momento su interés por los "felinos", siendo el Uruguay el que más veces ha estado interesado en su adquisición.
De los tres, Uruguay es el más conveniente, por la siempre sincera amistad con Chile, pero tiene un gran obstáculo que vencer: su propio sistema de gobierno. Aunque si se lee a los mandatarios de tendencias socialistas o socializantes americanos, existe una altísima posibilidad de que apruebe la compra.

Superado el punto, la aplicación de los TIGRE III a las misiones uruguayas, sería un tremendo aporte, dadas las capacidades del avión; óptimo sistema de visión electrónica, sistema de alerta poderoso, sumada a la diversidad de cargas ofensivas. 

Por otra parte la calidad y capacidad de las tripulaciones uruguayas las califican totalmente para la conversión rápida y segura al nuevo modelo. Súmese el apoyo de mantenimiento, con la extensa experiencia de los mecánicos en el motor J-85 de los A-37, base del usado por los F-5s. Finalmente los uruguayos cuentan con el respaldo de la industria aeronáutica chilena, de la que han hecho uso por mucho tiempo.

¿Y, con qué reemplazamos ?

La respuesta la dió la RDAF (Real Fuerza Aérea de Dinamarca), al anunciar la reactivación de su proyecto de repotenciación de la flota; basada en F-16A/B, una parte de ella Block 15 y a la cual se le aplicó la MLU.
Los daneses parten mirando su entorno, delineando sus aspiraciones: TYPHOON, GRIPPEN y luego alguno de los ofrecidos por los estadounidenses.
Ello pone en disponibilidad una buena cantidad de F-16; al menos una docena de certificados Block 15 MLU.



Del interés chileno no hay duda, las visitas de acercamiento se estan desarrollando en el presente inmediato. Se suma el hecho que los aviones daneses, corresponden a la flota construida en Holanda, por ello se homologan a los ya chilenos MLU de los Grupos Nº 7 y 8.

Las posibilidades ciertas y la necesidad de reemplazar los TIGRE III (en caso de que se concrete su venta), hacen de esos aviones daneses, los más caracterizados para sumar modelos similares a la flota nacional.

Fuentes: Autor ©, Defense News, Jane's,




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