sábado, 1 de diciembre de 2012

HELICÓPTEROS ANTÁRTICOS


Sergio Pulgar

La primera operación de rescate con helicópteros en la Antártida chilena, fue desarrollada por la Aviación Naval. En Diciembre de 1967 debido a la erupción del volcán de Isla Decepción, donde se había establecido la Base Aérea Antártica Pedro Aguirre Cerda; los Bell 47 del “Piloto Pardo” evacuaron la totalidad de la dotación de la Fuerza Aérea, en sucesivos vuelos, entre la Base inglesa y el buque, que por precaución había anclado en la zona adyacente de la Isla.

Por su parte la Fuerza Aérea de Chile, incorpora a su dotación aérea, los primeros helicópteros a principio de los 80, siendo los Hiller UH-12 “RAVEN”, quienes ostentan el honor de sentar las bases de las operaciones aéreas con alas rotatorias. El 26 de Junio de 1980 en la entonces Base “Teniente Marsh”, el H-62 al mando del teniente Carvajal, sufre un accidente que resulta con la muerte del piloto y su pasajero.

La incorporación del Bell 212, H-31, significa un notorio avance en las capacidades en este tipo de aeronave, aunque el pronto accidente en 1986 (23 de Julio), frustra su historia en el blanco territorio chileno.

En su reemplazo son enviados dos UH-1H, los cuales volaron por un tiempo mimetizados, hasta que fuera aplicado el primer esquema netamente “antártico”.
El primero es pintado en color anaranjado brillante, con un chevrón blanco que decrecía hacia la cola, al mismo estilo de los Twin Otter del Grupo N° 6, que dejarían atrás su singular mimetismo que usaban desde su adquisición.

Esta dotación, con dos clásicos, DHC-6 y UH-1H, son los primeros asignados a un Grupo de Exploración Antártica, que sería designado como 19.



Un segundo esquema, más elaborado, se aplica a las aeronaves, consistente en rojo intenso, con superficies superiores en negro, divididas por una banda blanca. Es éste esquema el usado hasta la actualidad por los Twin Otter y el que usará el próximo Bell 412 destinado a la dotación aérea antártica.


En el interín, los UH-1H son reemplazados por el Bölkow 105CBS, el de más larga destinación en Base Antártica de Isla Rey Jorge. Desde 1986 y hasta 2010, el rojo anaranjado del H-61 era parte del paisaje de Teniente Marsh.

 Su desactivación para venderlo a otra institución armada chilena, vio la llegada del Bell 412 H-44, de la primera partida de éste modelo, adquirida originalmente para el Grupo de Aviación N° 6 y  luego transferida a la Base Antártica.


 La única aplicación “antártica”, fue pintar las puertas de acceso a la cabina de pasajeros, de color rojo anaranjado, primero con el numeral en las puertas; luego reemplazado por el “FACH” y desplazado a la popa del pilón. Este 412, corresponde al lote de aeronaves usadas, adquiridas a fines de los 90 y de efímera operación, dadas las mermadas capacidades de su estado de adquisición.


Pronto llegará el nuevo 412, ésta vez se trata del último helicóptero adquirido en 2001 usado.

El esquema aplicado corresponde al ya clásico rojo, con techo negro y banda blanca, llevando la estrella blanca en fondo azul en el estabilizador vertical.




La misión de estas aeronaves es la mantener un componente SAR de rápida respuesta, ante situaciones de emergencia, tanto a las dotaciones nacionales, como a las extranjeras que cohabitan en la región antártica chilena. Aplicados a las evacuaciones médicas, donde es esencial una rápida respuesta y medios que permitan acceder a lugares de dificultosa geografía.

Las tripulaciones provienen del Grupo de Aviación N° 6 y son entrenadas en el ambiente antártico en el mismo continente, toda vez que las condiciones de vuelo son radicalmente distintas a las de cualquier otra zona del país. 
Enfrentados a bajas temperaturas, a lo cual se suma la temida ventisca, que en casos severos produce «visión blanca», cuando simplemente hace imposible la visibilidad a escasos centímetros. A todo se suman las tristemente célebres «grietas», que muchas veces son imperceptibles, dada la acumulación de nieve blanda, pero que resultan muchas veces fatales, si no son detectadas a tiempo. 

 Así cada misión y aterrizaje se convierte en una pequeña aventura, solo culminada con éxito, gracias al profesionalismo y constante entrenamiento.
La preparación de las tripulaciones de helicopteristas es intensa y constante, desde sus inicios en la Escuela Táctica del Grupo N° 9, para proseguir en el Grupo N° 6 y finalmente entrenar en las duras condiciones antárticas.


También han visitado la antártida helicópteros de mayor envergadura, como el Black Hawk, H-02, actualmente de dotación del Grupo de Aviación N° 5. 




Este enorme y potente «toco toco» protagoniza en 1999, un vuelo hasta el Polo Sur, demostrando la preparación de las tripulaciones y el resultado de las exploraciones que se inician en 1982, para ir adentrándose cada vez más en pos de ir estableciendo sub bases chilenas y confirmando la soberanía chilena en el territorio, quizás una de las más legítimas, simplemente por ser continuidad territorial.
La Aviación Naval embarcada también se hace presente en cada relevo, apoyando a su par de la Fuerza Aérea.

Aunque no se visualiza una «política institucional» en materia de alas rotatorias, al menos se ha asignado permanentemente desde 1980, un helicóptero a la Isla Rey Jorge, que ha demostrado en reiteradas oportunidades, lo asertado de la decisión.

H-02, aterrizado en "Teniente MARSH" el 13 de Enero de 1999

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