sábado, 19 de marzo de 2016

BT-67: Interesante proyecto para Magallanes



Por Sergio Pulgar y Dan Erik Toro

Los DC-3/C-47 no son desconocidos en la Antártida, Estados Unidos los utilizó extensamente en los años 50 y 60. Equipados con esquíes y auxiliados por "jatos" al despegue, cumplieron en óptimas condiciones sus misiones.  La Fuerza Aérea chilena, los incorporó en 1946 y llegó a completar una flota de casi 30 "Charlotas", hasta su baja definitiva en 1981; siendo una de sus bases operacionales la Región de Magallanes. 



       Sólo un C-47 logró aproximarse y sobrevolar el territorio antártico chileno, el FACH 960 del Grupo de Aviación N° 10, a bordo y al mando iba uno de los mayores impulsores de la construcción de pistas antárticas, el General (R) Jorge Iturriaga Moreira, un antártico de "tomo y lomo", quien vio coronado con éxito sus propuestas, estudios y exploraciones en 1980, cuando se posan por primera vez dos Twin Otter del Grupo de Aviación N° 6, en vuelo directo desde Chabunco, en el continente americano.
      Desde entonces, el aeródromo "Teniente Rodolfo Marsh Martin", es la puerta de entrada a todas las expediciones de envergadura, aprovisionamiento, evacuaciones médicas, acceso a bases operativas y presenciales, hasta los cada vez mayores viajes turísticos.


© EDICIONES MULTIMODEL, en Monografía TWIN OTTER (2014)

       La Fuerza Aérea emplea exhaustivamente los C-130 Super "E", para los vuelos de largo aliento y grandes cargas, incluyendo el transporte de helicópteros destinados a sus operaciones. Para vuelos menores y mantener unidades en la zona, son los flexibles DHC-6 TWIN OTTER, los que desde hace 36 años cumplen esa misión.
          Las misiones que deben asumir los aviones de la Fuerza Aérea van más allá de lo estrictamente militar, toda vez que son el medio de transporte para la dotación permanente en su principal Base "Presidente Frei", que incluye funcionarios de los servicios que presta la DGAC, profesores, médicos, agentes bancarios; además de ser la plataforma más segura para las expediciones que se proyecten sobre el continente blanco.

        Hacia 2012, cuando se concreta el proyecto de una Base multiinstitucional chilena de uso temporal sobre el Glaciar "Unión", el gobierno de Sebastián Piñera, delinea los primeros esbozos de reforzar las operaciones aéreas, mediante la adquisición de aeronaves turbohélices del tipo BT-67, más conocidos como "Basler" (nombre de la fábrica de conversión de los C-47/DC-3).

        Tres años después se vuelve a hablar del tema y es anunciado como aspiración y proyecto en desarrollo, en el aniversario de la Fuerza Aérea en Magallanes.

© RangerRaider

       Este año y en vísperas del aniversario de la Fuerza Aérea, se entregaron parámetros más definidos en cuanto al proyecto, siendo el más interesante, su financiamiento, que se delinea así:

01 BT-67 financiado por el Gobierno Regional

01 BT-67 financiado por la Fuerza Aérea de Chile

01 BT-67 con financiamiento indefinido

        Lo que no se ha determinado, aunque sea obvio para muchos, es la responsabilidad operacional de las aeronaves, considerando esa dualidad cívico/militar; aunque ambas entidades sean estatales.


          La experiencia de las tripulaciones avala a que sea la Fuerza Aérea, representada en el Grupo de Aviación N° 6 o 19, en tanto que existe una buena oferta de las mismas en el área civil regional (siendo la más antigua y prestigiosa DAP), en tanto se abre un campo, pequeño por ahora, aunque promisorio, para formar Pilotos y Especialistas regionales, considerando que las aeronaves serían de casi exclusiva utilización en vuelos antárticos y magallánicos.

         En el futuro inmediato, el gobierno ha ofrecido comenzar con la etapa administrativa de licitación dentro de este año 2016; limitado a un presupuesto virtual de sobre US $ 20 millones.
           La medida es relevante en tanto los BT-67 no están disponibles en stock, sino que deben ser encomendados para su conversión, basados en células existentes del tradicional y de larga vida operacional, DC-3.

© BASLER

          Sin duda es un excelente proyecto que está tomando forma y que merece una mayor atención, toda vez que los viajes a la Antártida son parte del quehacer aeronáutico y las necesidades de contar con más aeronaves estatales para desarrollar las actividades de soberanía y ampliación del establecimiento de un mayor contingente cívico/militar operacional en el territorio que por derecho y continuidad le pertenece a Chile y a la Región de Magallanes.


Fuentes:

LA PRENSA AUSTRAL
FUERZA AÉREA DE CHILE
AMÉRICA EN VUELO






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