Desde que el gobierno y la Fuerza
Aérea Argentina se plantearan seriamente la necesidad de reponer su flota de
aviones de combate, varias publicaciones han iniciado - por su cuenta - una
"carrera" para establecer su "primicia" acerca de cuál y
cuántos serían los nuevos cazas de la Fuerza Aérea. Lo real es que el gobierno
y la FAA, están trabajando seriamente en ello, toda vez que, además del retiro
del sistema de armas MIRAGE en 2015, se le viene un nuevo problema que
enfrentar y es el retiro de los A-4AR, de los cuales tendría apenas tres
aeronaves en vuelo.
por
Sergio Pulgar
Hasta ahora lo único real es la autorización de
venta de los TEXAN II, sujeto a la aceptación y financiamiento de
Argentina. En la misma línea de hechos concretos, el Ministro de Defensa en
ejercicio, efectuó una visita de reconocimiento a EMBRAER, primero para conocer
el estado de avance del compromiso bilateral en la construcción del carguero
KC-390, de diseño brasileño; y en la misma oportunidad aprovechó de sondear las
posibilidades de una eventual compra y coproducción del caza de origen sueco
GRIPPEN, actualmente en producción en Brasil.
En una seria actitud, Defensa aclaró
en gran medida los rumores y "anuncios no oficiales" sobre la
adquisición de un nuevo vector de combate. En la misma oportunidad estableció
las razones por las cuales, la FAA se enfrenta a perder por completo su
capacidad de ataque aéreo, debido a la descontinuación de la línea de
producción de los repuestos de los A-4AR, la cual sería efectiva en 2018.
Asimismo desincentivó la idea de la repotenciación
de los IA-58 PUCARÁ (de
origen argentino), vía la reparación o adquisición de motores en Francia,
debido a su alto costo y en consideración a que la Fábrica Militar de Aeronaves
de Argentina, cuenta con los recursos humanos y capacidad tecnológica para
desarrollarlo, aunque no aclaró cómo se financiaría un eventual proyecto. De
todas maneras, la nueva dirección de la industria aeronáutica, ha implementado
un severo control presupuestario a la misma. Recordemos que se habían conocido
enormes sumas de gastos de producción, contra poco o nada de resultados
prácticos.
Aunque el primer vuelo del
IA-100, haría pensar que parte de esos recursos, fueron invertidos
en esa línea, toda vez que su pronto primer vuelo - considerando el tiempo de
la nueva gestión gubernamental -, no puede ser obra de la casualidad ni la
improvisación. En la aviación eso es augur de un desastre.
Así las cosas, lo
interesante es que se estableció una lista de prioridades y los potenciales
proveedores que las satisfarían.
Israel ya habría efectuado una oferta formal por MIRAGE
KFIR, que sería un paso lógico y menos complicado para las tripulaciones y el
sistema de apoyo que hasta hace poco operaba una gran diversidad de modelos del
delta francés.
Francia mantiene su posibilidad por los MIRAGE F.1 de ala
flecha y potenciados con ATAR 9K50 (similar a las usados por los PANTERA
chilenos), aunque habría un desacuerdo entre la oferta inicial y la formal (más
caros)
Corea es la más novedosa de las posibilidades y abre un
interesante panorama a los futuros cazadores argentinos, toda vez que su AT-50
o FA-50, es una producción nacional altamente intervenida por la Lockheed
Martin (fabricante de los F-16), de antigua historia en Argentina y una
posibilidad bastante cierta de acceso a alguna versión antigua de F-16.
La síntesis refleja el
pragmatismo del nuevo gobierno argentino en materia de defensa y
específicamente en la necesaria recuperación de capacidades en el área de la
aviación de combate, la cual deberá conciliar una efervescencia de demandas
sociales, producto de ese mismo pragmatismo, aplicado a diversos subsidios que
el sistema de gobierno de los Kirchner/Fernández gravó las arcas fiscales, sin
considerar otras "pérdidas" no materia de este informativo.
Otro factor que pesa,
aunque no se haga muy evidente, es la reclamación argentina por el archipiélago
sur atlántico de las Malvinas; toda vez que el GRIPPEN tiene un buen porcentaje
de elementos de origen inglés. En la misma línea, los Estados Unidos - eventual
aliado de los argentinos - no trepidó en abandonarlos en la guerra de 1982
contra las fuerzas inglesas.
En ese estado de cosas, la Fuerza Aérea Argentina solo depende de su bien ganada fama contra los británicos, porque su actual inventario solo puede mantener la eficiencia de vuelo básica, con medios arrendados y la avanzada con una nueva versión del IA-63 PAMPA III que le entrega cierta capacidad de entrenamiento táctico.
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